El Parque del Alamillo está llevando a cabo la mayor ampliación en sus
veinte años de historia. Dicha ampliación contempla un proyecto de huertos
urbanos como existen en otros parques de Sevilla. Un servidor al leer dicho
proyecto el pasado verano y ver que el plazo de solicitud estaba abierto, no se
lo pensó dos veces para apuntarse al programa junto a mi pareja y unos amigos
debido a la ilusión que nos hacía y la gran oportunidad que se nos planteaba.
Esa ilusión se nos ha desvanecido en las dos últimas semana a pesar de ser
adjudicatarios de una parcela, debido a las carencias y falta de seguridad que
hay en los huertos. Voy a enumerar por orden cronológico todo lo que nos ha ido desilusionando,
las primeras razones no son muy importantes, pero cuando es un cúmulo de
despropósitos, todo le parece mal a uno.
Para enterarnos que hemos sido agraciados con uno de los huertos no hemos recibido
ninguna información de la organización hasta una semana después de informarnos
por la prensa. Desde el programa nos llamaron para comunicarnos que al día
siguiente por la tarde tendríamos que acudir a una primera reunión donde se iba
hablar del proyecto.
Plano del Parque del Alamillo y la zona de huertos al otro lado de la SE-30 |
La primera reunión fue más bien un seminario impartido por varios colectivo
como el de huertos urbanos de Miraflores o la Red de Semillas, entre ellos. Al
final de una jornada interesante se abre un turno de preguntas sobre el
funcionamiento de los huertos que era lo que a todos los presentes nos
interesaba. Esperábamos mi compañero hortelano y yo conocer in situ el terreno
destinado para la actividad agrícola, pero no fue así. Entre los allí reunidos habían personas que si habían estado en el lugar y empezaron a plantear
cuestiones sobre los inconvenientes que presentaban los naranjos ubicados en
las parcelas y la seguridad de la zona. Desde la organización nos dicen que los
naranjos no es problema alguno y que la seguridad es el gran talón de Aquiles
de todos los huertos urbanos existen, avisándonos de la gran probabilidad que
existe de sufrir robos.
Valla perimetral del parque en la zona próxima a los huertos |
El segundo día de reunión de los huertos fuimos convocados los
adjudicatarios en tres días diferentes para recibir el primer de taller de
formación. Yo asistí al del pasado jueves impartido por Miguel Portillo,
ingeniero agrónomo y agricultor. Antes de empezar el taller surge una nueva ronda
de preguntas al coordinador del programa y al director del Parque del Alamillo
allí presentes. La primera de todas las sorpresas es que nos muestran en un
plano del parque la zona destinada a los huertos, provocando de nuevo una gran
preocupación por la seguridad entre los hortelanos. Al director del parque se
le pregunta si es posible cambiar el vallado de esa zona por uno de barrotes
como en el resto del parque y la contestación es que no es solución ya que los
cacos son capaces de saltarse cualquier cosa por robar. Ante la indignación de
los presentes nos comunican que unas de las caracolas asignadas para guardar
los materiales ya ha sido forzada aun estando vacía. Desde los hortelanos le
proponemos soluciones, siendo estas contestadas diciendo que los huertos serán
vigilados igual que el resto del parque por los vigilantes.
Durante el taller de aprendizaje por Miguel Portillo, ajeno a la
organización, procedemos a trasladarnos a las parcelas. Allí vemos como las
parcelas solo son separadas del parque por una valla de un metro, y divisamos
la presencia de personas robando naranjas por la zona. La indignación nuestra
aumenta y vemos como existen parcelas ocupadas por más de un naranjo, siendo
estas impropias para un buen cultivo debido a la sombra que producen. A todos
los presentes nos surge en ese instante muchas dudas incapaces de aclarar
debido a la falta de presencia de la organización. Los comentarios entre los
presentes es de desilusión por la falta de seguridad y la ubicación de las
parcelas.
El pasado viernes asistimos todos los integrantes de mi grupo de hortelanos
a la zona para tomar una decisión y contemplamos como de nuevo los naranjos
próximos son recolectados por transeúntes de la zona. Esta semana deberíamos firmar
el contrato de concesión de los huertos y se nos asignaría la parcela, pero
desde nuestro grupo hemos renunciado debido a la falta de seguridad y
planificación por parte de una organización que nos ha decepcionado de la misma
manera que consiguió ilusionarnos con el proyecto allá por mes de agosto.
En este proyecto de huertos urbanos pude presenciar en primera persona como se promete algo desde la administración y se hace con muchas deficiencias. Quedando demostrado que el fin para ellos es la foto o salir en las lineas de los periódicos inaugurando algo sin importar si está bien hecho o no.
Parcela invadidas por naranjos |
Parcela con la única vaya que los separa de la zona de transito cercana |
Caracola para guardar materiales sin protección alguna |
Caracola forzada sin contener nada en su interior |
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