sábado, 28 de diciembre de 2013

La pérdida de una identidad

Esta semana ha sido inaugurado un mosaico cerámico representando el Bajo Guadalquivir en el Muelle de Nueva York. La calidad artística de la obra es igual que su ubicación, pésima. Es muy triste ver como después de tantos años de historia de la cerámica sevillana el resultado sea ese, facilitando además el fácil acceso a vándalos y gamberros para su destrucción. Después de contemplar el mosaico me alegro enormemente de la no colación del mural con el nombre del barrio mas alfarero de Sevilla en la zapata de la Calle Betis. 

La alfarería es un arte que podemos observar en muchos rincones conocidos de la ciudad, usado enormemente durante el regionalismo, es un elemento decorativo característico de la arquitectura andaluza. Lamento enormemente los destrozos que estas piezas de barro sufren en sus ubicaciones y el poco valor que se le otorga a un arte que desaparece con los nuevos tiempos. Como seña de identidad nuestra tenemos que apreciarlo, defenderlo y valorar la genialidad de nuestros antepasados, la cual ahora para muchos es símbolo de cateto y hortera.

Una ciudad tiene que saber que elementos diferentes tiene a otras ciudades y explotarlos con calidad, con gusto, con saber hacer, y la alfarería es uno de ellos. No tiene la misma calidad artística el histórico mosaico con el escudo del Sevilla del Sánchez-Pizjuán que el colocado en el año del centenario en gol sur, fíjense en el tamaño de la piezas o la composición del dibujo. No ubiquemos el nombre de Triana en la zapata encalada de la calle Betis afeando un espacio bello por su simpleza o poblemos nuestros fachadas de azulejos religiosos. Podemos plasmar la destreza del alfarero en mobiliario urbano como fuentes, papeleras o cualquier otro sitio integrándose en el paisaje urbano como se integran en los rótulos del callejero, demostrando que podemos integrar aun este arte en la ciudad del siglo XXI.

Mientras muchas ciudades nos envidian de nuestro potencial, y desean obtener colecciones de cerámica que no valoramos, intentamos parecernos a ciudades sin personalidad olvidando años de nuestra historia alfarera. 

martes, 17 de diciembre de 2013

Las bicicletas sobran en los gourmet

Exteriores del proyecto de las Naves del Barranco
Todo alcalde tiene un proyecto estrella, y ayer fue presentado el de esta legislatura según el consistorio, debido al bombo que le están dado al dichoso Mercado Gourmet de la Naves del Barranco, cuya idea fue nacida por los anteriores gobernantes de la ciudad. Mientras desde el gobierno municipal se potencia la industria hostelera y la ubicación de veladores, la movilidad sostenible de las dos ruedas reconocida y admirada a nivel mundial, vive un periodo de stand by o destrucción.

Según las fotos publicadas por El Correo de Andalucía, podemos observar como el carril bici que permite ir desde el Muelle de la Sal al Puente de Triana desaparece en el nuevo acondicionamiento de la zona, donde se crea un kiosko bar con veladores como cualquier otro que limita con otras vías ciclistas de la red urbana, y cuya convivencia suele ser accidentada en zonas como la calle San Fernando. También en otras de las imágenes se puede ver la desaparición de la estación de Sevici de dicha zona de entrada al mercado.

Esperemos que estas fotos del proyecto se traten de un renderizado que no se lleve a cabo al cien por cien en la ejecución de la obra. Porque debido a la falta de carril bici en el Paseo Colón, el Puente de Triana quedará aislado de una red ciclista reconocida en el mundo y desprestigiada por muchos sevillanos.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Sembrando desilusiones

El Parque del Alamillo está llevando a cabo la mayor ampliación en sus veinte años de historia. Dicha ampliación contempla un proyecto de huertos urbanos como existen en otros parques de Sevilla. Un servidor al leer dicho proyecto el pasado verano y ver que el plazo de solicitud estaba abierto, no se lo pensó dos veces para apuntarse al programa junto a mi pareja y unos amigos debido a la ilusión que nos hacía y la gran oportunidad que se nos planteaba. Esa ilusión se nos ha desvanecido en las dos últimas semana a pesar de ser adjudicatarios de una parcela, debido a las carencias y falta de seguridad que hay en los huertos. Voy a enumerar por orden cronológico todo lo que nos ha ido desilusionando, las primeras razones no son muy importantes, pero cuando es un cúmulo de despropósitos, todo le parece mal a uno.

Para enterarnos que hemos sido agraciados con uno de los huertos no hemos recibido ninguna información de la organización hasta una semana después de informarnos por la prensa. Desde el programa nos llamaron para comunicarnos que al día siguiente por la tarde tendríamos que acudir a una primera reunión donde se iba hablar del proyecto.

Plano del Parque del Alamillo y la zona de huertos al otro lado de la SE-30
La primera reunión fue más bien un seminario impartido por varios colectivo como el de huertos urbanos de Miraflores o la Red de Semillas, entre ellos. Al final de una jornada interesante se abre un turno de preguntas sobre el funcionamiento de los huertos que era lo que a todos los presentes nos interesaba. Esperábamos mi compañero hortelano y yo conocer in situ el terreno destinado para la actividad agrícola, pero no fue así. Entre los allí reunidos habían personas que si habían estado en el lugar y empezaron a plantear cuestiones sobre los inconvenientes que presentaban los naranjos ubicados en las parcelas y la seguridad de la zona. Desde la organización nos dicen que los naranjos no es problema alguno y que la seguridad es el gran talón de Aquiles de todos los huertos urbanos existen, avisándonos de la gran probabilidad que existe de sufrir robos.

Valla perimetral del parque en la zona próxima a los huertos
El segundo día de reunión de los huertos fuimos convocados los adjudicatarios en tres días diferentes para recibir el primer de taller de formación. Yo asistí al del pasado jueves impartido por Miguel Portillo, ingeniero agrónomo y agricultor. Antes de empezar el taller surge una nueva ronda de preguntas al coordinador del programa y al director del Parque del Alamillo allí presentes. La primera de todas las sorpresas es que nos muestran en un plano del parque la zona destinada a los huertos, provocando de nuevo una gran preocupación por la seguridad entre los hortelanos. Al director del parque se le pregunta si es posible cambiar el vallado de esa zona por uno de barrotes como en el resto del parque y la contestación es que no es solución ya que los cacos son capaces de saltarse cualquier cosa por robar. Ante la indignación de los presentes nos comunican que unas de las caracolas asignadas para guardar los materiales ya ha sido forzada aun estando vacía. Desde los hortelanos le proponemos soluciones, siendo estas contestadas diciendo que los huertos serán vigilados igual que el resto del parque por los vigilantes.

Durante el taller de aprendizaje por Miguel Portillo, ajeno a la organización, procedemos a trasladarnos a las parcelas. Allí vemos como las parcelas solo son separadas del parque por una valla de un metro, y divisamos la presencia de personas robando naranjas por la zona. La indignación nuestra aumenta y vemos como existen parcelas ocupadas por más de un naranjo, siendo estas impropias para un buen cultivo debido a la sombra que producen. A todos los presentes nos surge en ese instante muchas dudas incapaces de aclarar debido a la falta de presencia de la organización. Los comentarios entre los presentes es de desilusión por la falta de seguridad y la ubicación de las parcelas.


El pasado viernes asistimos todos los integrantes de mi grupo de hortelanos a la zona para tomar una decisión y contemplamos como de nuevo los naranjos próximos son recolectados por transeúntes de la zona. Esta semana deberíamos firmar el contrato de concesión de los huertos y se nos asignaría la parcela, pero desde nuestro grupo hemos renunciado debido a la falta de seguridad y planificación por parte de una organización que nos ha decepcionado de la misma manera que consiguió ilusionarnos con el proyecto allá por mes de agosto.

En este proyecto de huertos urbanos pude presenciar en primera persona como se promete algo desde la administración y se hace con muchas deficiencias. Quedando demostrado que el fin para ellos es la foto o salir en las lineas de los periódicos inaugurando algo sin importar si está bien hecho o no.
Parcela invadidas por naranjos

Parcela con la única vaya que los separa de la zona de transito cercana

Caracola para guardar materiales sin protección alguna

Caracola forzada sin contener nada en su interior