jueves, 20 de febrero de 2014

Que vuelvan a ser edificios

Recientemente se ha aprobado el proyecto de rehabilitación de la antigua estación de trenes de San Bernardo, convirtiéndola en un nuevo concepto de gimnasio y plaza de abastos sin mucho sentido por mi parte. Pero lo importante es que un gran edificio histórico de la ciudad será aprovechado y tendrá un nuevo uso para disfrutar de la arquitectura de ayer y de hoy. La suerte sufrida por la antigua estación de Cádiz es envidiada por multitud de inmuebles que no han pasado la ITE y que tampoco sabemos que futuro les depara.

Parece que la batalla política por las Atarazanas toca fin y se intuye proyecto a la vista. Pero, ¿qué proyecto? ¿Cómo piensan reemplazar el daño producido por la retirada del seductor proyecto de CaixaForum? ¿Qué medicina le puede dar la sociedad a todos aquellos edificios que ven nuestra vida pasar?

No es sólo las Atarazanas. Es también la fábrica de Artillería, la fábrica de vidrio de La Trinidad, la naves de renfe de San Jerónimo, el monasterio de dicho barrio que parece ver pronto una salida, y un largo etcétera de edificios que forman un paisaje desangelado y parece no importarnos. 

Antiguamente los trabajos realizados en ellos daban vida y riqueza a Sevilla y sus ciudadanos. Hoy la sociedad sevillana tiene el compromiso de devolverle todo aquello que nuestros antepasados recibieron de su funcionalidad. Convirtámoslo en museo, centro cívico, zona de ocio, deportiva, ... lo que sea, pero convirtámoslo en edificio y no en ruina.

viernes, 7 de febrero de 2014

Cartuja; empresas moderna versus movilidad anticuada

Cuando a finales de los ochenta y principios de los noventa se empezó a construir la Expo 92 en los terrenos de la Isla de la Cartuja, uno de los principales objetivos era dotar a la ciudad de una zona moderna y de vanguardia una vez terminada la exposición universal. Veintiún años después, la Cartuja alberga un parque tecnológico con empresas de primer orden, siendo uno de los motores económicos de la ciudad, pero también se encuentra involucrada en un conflicto entre administraciones y empresas por padecer problemas de movilidad impropios del presente siglo.

El parque tecnológico es un ejemplo de la poca conciencia social y política que existe sobre la movilidad basada en el transporte público o la bicicleta en detrimento del coche. Todos los días laborales, el carril bici se encuentra "protegido" de vehículos mal estacionados convirtiendo las aceras en un mar de coches que nos hace recordar antiguas estampas de los aledaños del Sanchéz-Pizjuán o de la Plaza de España cuando la Feria se celebraba en el Prado, en vez de aquella zona moderna que Sevilla heredó de la Expo.

Tanto la administración local como autonómica han convertido los aparcamientos de la avenida Carlos III en su particular campo de batalla, donde recriminarse las acciones cometidas por cada uno, en las que ayer el alcalde Juan Ignacio Zoido invitaba a los trabajadores a llevarse el coche para presionar a la Junta a abrir más plazas. Mientras los tambores de guerra suenan, las empresas del parque asisten a esta batalla sin incentivar el uso del transporte público ni ofrecer a sus trabajadores alternativas al coche como pueden ser desde aparcamientos seguro de bici hasta ruta de autobuses privados como por ejemplo hace Airbus Military con su fábrica del aeropuerto.

Mientras los principales afectados, los trabajadores, esperan la constitución de la mesa de la movilidad donde tratar soluciones como la mejora del servicio de cercanías o más lineas de TUSSAM. Los problemas de movilidad pueden crecer con la apertura de la Torre Pelli igual que lo hizo esta al Sur de la Cartuja.