miércoles, 27 de noviembre de 2013

Promesa electoral cumplida

Pues parece que es verdad y me cuesta creerlo, el mobiliario urbano del proyecto “piel sensible” en el centro de Sevilla va a ser cambiado. Desde la finalización del proyecto Juan Ignacio Zoido en la oposición prometió que quitaría las farolas si llegaba a la alcaldía, y así ha sido. Estábamos advertidos, no nos coge de sorpresa. Pero en un país donde los políticos no cumplen sus programas electorales, sorprende el cambio de mobiliario de una zona nueva en favor de otras prioridades urbanísticas.

No es la primera vez que observamos obras innecesarias en nuestra ciudad durante esta legislatura, ya en verano presenciamos el reasfaltado de la plaza de la Campana cuando existen vías con un deterioro mayor. Con estas acciones vemos que la estética y preocupaciones urbanísticas del centro giran en torno a lo mismo.


Por supuesto que hay que definir la estética del mobiliario urbano del casco histórico, uniformándolo respecto a bolardos, bancos o papeleras y semejar el diseño de las luminarias. Desde estas líneas reclamo una ordenanza al respecto para que no vuelva a ver episodios de revanchismo político, y también de esta manera acabar con la iluminación de carretera que tiene la calle Sierpes, que parece no molestar a nadie.




lunes, 18 de noviembre de 2013

Muy ruidosa ciudad de Sevilla

Si os preguntan a que suena Sevilla, se puede contestar que suena a flamenco, al agua de sus fuentes, al replicar de las campanas de la Giralda, a cornetas y tambores, o al taconeo de una flamenca mientras baila. Pero para mí Sevilla suena a ruido, el que forma el tráfico, los veladores con megafonía a la calle, a la vecina que chilla debajo de tu ventana, a las botellonas a altas horas de la madrugada o al coche con la música alta para que se entere todo el mundo lo que está escuchando. Vivimos en una ciudad contaminada acústicamente, no es un problema puntual de Sevilla, se extiende por toda la geografía andaluza, pero adentrémonos en los de nuestra ciudad.

La semana pasada el alcalde Don Juan Ignacio Zoido anunciaba que se había dado solución al problema que tienen las bandas de semana santa para ensayar en la calle, pero dos días después pasando por delante del Parlamento de Andalucía no daba crédito al comprobar in situ el ensayar de una banda de música cofrade. Me pregunto si los empleados del Hotel TRYP Macarena han recibido alguna queja de algún huésped que venga a nuestra ciudad a pasar unos días de descanso.



Al señor alcalde le quedan aún muchos problemas de ruidos por solucionar; botellonas en las inmediaciones de la Alfalfa, vías altamente saturadas de tráfico o veladores que acampan por nuestras calles y plazas permitiéndose el lujo de poner un altavoz que avisa al cliente de la recogida del pedido. Mientras en países centro europeos hay rincones donde los domingos no se puede hacer ni el mas mínimo sonido ya que es un día de descanso y relax, aquí el vecino te pone la radio que se escucha en todo el bloque, te sacan una procesión o dos si hace falta, o el bar de abajo saca el televisor para ver el fútbol con más de 20 sillas emitiendo decibelios.

Se entiende que aquí el clima invita a salir, nos gusta pasear y hacer actividades al aire libre, sobre todo en verano, donde las noches están pobladas de sevillanos deseando respirar el poco aire que nos deja los 40 grados del medio día, pero tenemos que hacerlo con respeto hacia aquellos vecinos que desean estar en sus casas tranquilamente desconectando del día a día. 

Pido desde este blog que el ayuntamiento ponga remedio contra esta contaminación acústica que padecemos y provoca enfermedades psicológicas a los que los afectados, y deseo que el esfuerzo que llevan a cabo diferentes asociaciones de vecinos de la ciudad en su lucha por el descanso sigan esforzándose en conseguir su meta, porque ya hace tiempo que no se oyen pájaros cantar por nuestras calles

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Vallas por donde vayas

Sevilla podrá ser una ciudad que destaque por sus monumentos, su folclore, su gastronomía y otras muchas cosas, pero de lo que estoy seguro es que no somos la ciudad de España con mayor educación de los espacios públicos. Nuestros gobernantes, ante sus ineficaces políticas educativas, cuando se han encontrado con zonas públicas abiertas destrozadas por el vandalismo o la botellona no toman otra medida que no sea vallar la zona y problema resuelto, sin tener en cuenta el destrozo paisajístico que crea. Ya pasó hace unos años con los Jardines de Murillo y luego con el de las Delicias, siendo estos cerrados por la administración local dado que era la solución más fácil dado la imposibilidad de erradicar el botellón por la vía policial, ahora sucederá lo mismo con el entorno de Lope de Vega.

Esta zona de Sevilla ha sido constantemente rehabilitada por sucesivos gobiernos municipales sin existo ninguno. La mala imagen que ofrece los jardines cuando uno acude al Teatro Lope de Vega o a la Casa de la Ciencia, es el reflejo de una ciudad incívica, descuidada y dejada a manos de dirigentes sin soluciones. Pero ya no será así dado que se vallará el recinto, y de este modo, el ayuntamiento opta por la vía fácil de un problema que nos perjudica a todos los sevillanos educados y respetuosos.

El tema del que hablo no es solo en zonas monumentales, también lo podemos ver en los barrios de Sevilla, donde los parque infantiles son vallado formando jaulas infantiles, para que estos no amanezcan destrozados o rodeados de botellas de cervezas.


Es muy triste ver como cada valla que se levanta es una muestra de incivismo de la sociedad, como nos condicionan del disfrute de espacios a algunas horas, o el disfrute visual de ver los Jardines de Murillo integrado en la Avenida Menéndez Pelayo. Esperemos que las futuras generaciones sean educadas en cuidar los lugares públicos y nos tengamos que convertir a Sevilla en una Alcatraz para jardines.